A nadie le sorprenderá saber que el sector textil español vive uno de los momentos más potentes en toda su historia. La verdad es que en ningún otro momento de su recorrido se ha vendido tanto como en los últimos años. Los expertos en la materia apuntan, como explicación principal, al desarrollo de un modelo de negocio que es completamente nuevo y que ha revolucionado por completo al sector. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de lo que se refiere al comercio electrónico, que ya es mucho más que en un fenómeno en un país como España.
En efecto, el ecommerce está causando sensaciones en el mundo de la moda en España. Cada vez son más las personas que, para comprar ropa, acuden a una determinada web de su interés en lugar de acudir a una tienda física, probarse la prenda que consideren mejor y llevársela en caso de que les convenza. Desde luego, la mentalidad a la hora de adquirir este tipo de productos ha cambiado tanto que el sector ya es irreconocible para muchas de las personas que han trabajado en él durante muchos años. Y es que no es para menos.
Solo hace falta echar un vistazo a la facturación del sector en lo que tiene que ver con el comercio electrónico, algo a lo que hemos tenido acceso gracias a un portal web como lo es Statista. La facturación aumentó, en el cuarto trimestre del año pasado, hasta los 700 millones de euros solo en lo que tiene que ver con nuestro país. Para que entendáis el aumento, diremos que la cifra más alta hasta la fecha era de 600 millones, que se produjo durante el último trimestre del año anterior, 2017. La verdad es que estos datos son, cuanto menos, significativos. Nos hacen comprender, de hecho, la potencia que está adquiriendo el comercio electrónico en el mundo de la moda de un tiempo a esta parte.
Esto ha hecho que, de manera irremediable, haya crecido en los últimos tiempos el gasto que destinan las familias españolas en ropa. El portal web Elle informaba de que, durante el año 2018, ese gasto había ascendido hasta los 429 euros por persona y que, si añadimos el calzado, esa cifra asciende hasta los 565 euros. Lo cierto es que es una cifra que no es nada despreciable y que deja clara la importancia que le damos las personas a este tipo de objetos, objetos que, por otra parte, son imprescindibles en nuestro día a día.
Es evidente que hay determinadas zonas del país en las que se gasta más en ropa que en otras. Una noticia publicada por el diario ABC en el mes de julio del año pasado indicaba que los habitantes de la provincia de La Coruña eran los que abanderaban este ránking con un gasto de más de 1.800 euros al año entre prendas de vestir y calzado. Se trata de una cifra que es bastante potente y que, desde luego, deja bien claro que el clima es un factor determinante a la hora de gastar más o menos dinero en ropa.
En los últimos tiempos, el gasto por familia en ropa ha crecido a causa de la llegada de un aspecto como lo es el comercio electrónico, que ha reactivado el consumo de este tipo de productos de una manera considerable. Si tuviéramos que destacar un segmento textil que ha salido especialmente bien parado en este tipo de contextos, ese es el que tiene que ver con la ropa infantil. Desde Grupo Reprepol, una franquicia dedicada precisamente a la comercialización de la ropa ideada para los más pequeños, nos han comentado que la demanda de este tipo de productos es ahora mucho más potente que hace muchos años y que, en un gran porcentaje, los pedidos se realizan de manera online.
Menos niños, pero más gasto por cada uno
Si algo está claro en la sociedad moderna en la que nos encuadramos es que la natalidad está viviendo una crisis sin precedentes, al menos en lo que a Occidente se refiere. Y eso se debe a que la rutina en la que ahora nos movemos simplemente nos exige trabajo, esfuerzo y sacrificio, pero pocos momentos para pensar en uno o una misma y pocas oportunidades, por ende, de constituir una familia. Es triste, pero es algo tan real como la vida misma.
Es cierto que, a pesar de que cada vez hay menos niños, el gasto por cada uno de ellos y ellas en ropa ha aumentado y eso nos tranquiliza en tanto en cuanto parece que la mayoría de esos niños ya cuenta con una cobertura económica básica, algo que no siempre se ha producido y que todavía no ha terminado de llegar a todos ellos.