Vivimos en un momento en el que quien no está presente en la red prácticamente no existe. Así de cruel es una sociedad que no tiene en cuenta un buen trabajo offline pero que sí reconoce un trabajo online con independencia de su calidad y de su procedencia. Adaptarse a esta situación es una necesidad imperiosa para muchas empresas: o comienzan a trabajar en Internet con el desarrollo de páginas web y redes sociales o se van directamente al abismo. Así de simple y así de peligroso es el mundo empresarial en el que nos movemos ahora.
En España quedan todavía muchos pasos por dar en lo que a desarrollo web y apuesta digital se refiere. Lo vamos a ver a través de un par de artículos que a continuación referenciaremos. El primero de ellos hace hincapié en que una de cada cuatro empresas españolas no tiene página web. Este texto vio la luz hace no mucho, en junio de 2017, en la página de la agencia de noticias Europa Press. Saber que el 25% de las entidades de un país no trabaja en la red ya es bastante sorprendente al mismo tiempo que preocupante.
Pero la situación es todavía más preocupante si nos trasladamos hasta el mundo de las microempresas españolas. Según una noticia que fue publicada en la sección Cinco Días, de El País, la mitad de las microempresas españolas no tenían página web en junio de 2017. Y este dato ya es bastante más llamativo y digno de estudio. Las pymes constituyen una base fundamental del tejido empresarial de un país y saber que no están operando en Internet, con los riesgos que ello conlleva, nos debe poner en alerta.
Es evidente que hay más datos y conclusiones que se pueden extraer de artículos como de los que venimos hablando. Está comprobado que, si en un país el número de empresas que operan en la web es menor que en otro, también será menor el número de entidades que, teniendo página web, hayan conseguido sistemas informáticos que garanticen seguridad para sus páginas y programas y sus softwares. Y eso también es otro de los grandes problemas que nos encontramos ahora mismo en un país como el nuestro.
España es un país en el que, tanto en lo relativo a la apuesta por desarrollar una web de una empresa como en lo relacionado con la seguridad de la misma, nos encontramos por debajo de nuestros socios europeos y ya no digamos de países como Estados Unidos, Canadá o Japón, verdaderas potencias tecnológicas. Sin embargo, y de acuerdo con un reciente estudio de Inforges, estamos dando pasitos para cambiar esa situación y hacer más páginas web de empresas que sean más seguras y ofrezcan una información mucho mejor estructurada.
Una apuesta en pos de la eficiencia y la eficacia
Apostar por desarrollar una página web o por distintos sistemas informáticos es una posibilidad de lo más aconsejable para todas las empresas, con independencia de su tamaño y de su condición. Es verdad que para una pyme siempre va a ser mucho más complicado encontrar en el presupuesto un hueco para este tipo de cuestiones, pero es que ya no queda ninguna duda de que esa inversión es necesaria y en muchos casos fundamental para que el negocio siga vivo en pos de encontrar un mayor volumen de clientela.
Este tipo de inversiones también es fundamental en lo relativo a la eficacia y la eficiencia del trabajo. Disponer, por ejemplo, de un software de gestión de almacenes nos es útil para hacer inventario, para encontrar un determinado producto y para obtener un volumen enorme de información acerca de todo aquello de lo que disponemos. Las grandes empresas no pueden vivir sin uno de estos programas. Para ellas, la utilidad de ese programa es tremenda. Y la situación es muy parecida en el caso de una pyme.
Todavía quedan muchas cosas por mejorar y muchas cosas a las que las empresas españolas deben adaptarse. Es cuestión de tiempo que lo hagan. Pero cuanto antes mejor. Apostar por la eficacia y la eficiencia de las páginas web o de los programas de gestión empresarial implica un ahorro económico al año que, desde luego, no puede pasar desapercibido ni en el caso de una gran empresa ni en el de una más pequeña. Es una posibilidad que está al alcance de la mano de todas las entidades. ¿Por qué no hacerlo real?