La serigrafía en vidrio es una técnica de impresión permanente sobre cristal. Su uso comercial se ha hecho bastante popular en marketing para hacer más visible las marcas. Podemos verlo en las copas de cerveza y en los frascos de perfume.
Es todo un clásico. Que vayamos a tomarnos una caña a un bar y nos la sirvan en una copa serigrafiada con el nombre de la marca de la cerveza es habitual desde hace muchos años. Con frecuencia, el propio proveedor de la cerveza regala la cristalería al establecimiento para fidelizarlo como cliente y para promocionar la marca entre los consumidores. Es una técnica que se usa cuando una cerveza está abriendo mercado. Por ejemplo, lo hizo la cerveza Cruzcampo cuando quiso introducirse en el mercado balear.
Ahora, podemos ver también, como las destilerías de licores ponen a la venta packs en los supermercados que dentro de una caja ofrecen una botella junto a una copa serigrafiada o un vaso. Es una presentación que resulta atractiva para los compradores, los cuales conciben el complemento de cristal como un regalo.
Algunas empresas de aceite de oliva han decidido embotellar su producto dentro de botellas de cristal y sustituir la clásica etiqueta de papel por el logotipo y la información serigrafiada en el envase. Un detalle que indica que nos encontramos ante un producto de calidad superior. Una sutil operación de marketing que transmite un mensaje al consumidor y hace que el producto sea más apreciado.
Lo interesante de la serigrafía comercial de vidrio es que sirve tanto para grandes empresas como para negocios locales más modestos. Igual que Coca Cola puede grabar su logotipo en vasos de tubo, lo puede hacer un pub o una discoteca para hacerse más popular entre la clientela.
Este es el uso comercial de la serigrafía de vidrio.
El branding y el diseño en vidrio.
La web de la Universidad Europea define el branding como el conjunto de acciones que realiza una empresa o un profesional para hacer más visible una marca y que sea más deseada por el consumidor.
Con el auge de las redes sociales se ha puesto de moda el concepto de marca personal. Que un influencer se haga popular, que la audiencia lo reconozca y lo diferencie de la competencia. Se trata de un modelo de marketing que se basa en construir una comunidad en torno a una marca y que parte de ese colectivo se convierte en cliente fiel.
Esto que nos parece llamativo, lo llevan haciendo las empresas desde principios del siglo XX. Buena parte de la publicidad ha ido siempre dirigida a crear marca.
Es importante dejar claro que una marca no es solo un logotipo. Son unas cualidades, unas características, una filosofía, un conjunto de valores y una historia que el consumidor asocia a un producto en concreto.
Por ejemplo, la marca de cacao soluble Colacao armó su marca durante muchos años en torno a una canción promocional que sonaba insistentemente en la radio como cuña publicitaria: “Yo soy aquel negrito del África tropical…” Tanto es así, que el dibujo de los braceros de color recogiendo cacao aparecía en sus botes tanto de plástico como de metal.
Por tanto, lo que hacen las cerveceras y las licoreras, grabando su logotipo en los vasos y copas donde se toman sus bebidas, forma parte de crear marca. El consumidor asocia la cerveza, el whisky o el ron a una marca determinada y no a otra.
Una de las claves de la publicidad es la repetición. Cuantas más veces veamos el logotipo de una marca, más la reconoceremos y más nos identificaremos con ella. Esto incluye carteles en las vallas publicitarias, anuncios en televisión, presencia en las repisas de tiendas y supermercados, baners en internet y, por supuesto, serigrafía en envases y recipientes
Claro, una campaña de marketing tan completa solo está al alcance de las grandes empresas. Sin embargo, se pueden hacer acciones más asequibles para promocionar una marca. Una de ellas es la serigrafía de vidrio.
El vidrio, el mejor envase.
El blog de Nuria Coll «Soy como como» señala que el vidrio es uno de los mejores envases que podemos encontrar tanto para el planeta como para nuestra salud.
De entrada es un material 100% natural. Proviene de materiales abundantes en la naturaleza como la sílice, la caliza, el carbonato de sodio o el óxido de aluminio, los cuales se solidifican y moldean sometiéndolos a altas temperaturas.
A su vez, es un reutilizable para un número indefinido de veces y es 100% reciclable. Sin dañar para nada el medioambiente.
Tiene una amplia variedad de diseños. El fabricante puede darle la forma que quiera. Un tarro, una botella, un plato o un vaso, que nos sirve como recipiente para consumir los productos.
El vidrio mantiene la calidad original del contenido, sin alterar su color, olor y sabor. No desprende sustancias que alteran el producto que contiene. Es decir, no se descompone en micropartículas que contaminan los alimentos, como sí sucede con el plástico.
Los envases de vidrio soportan temperaturas extremas. Altas temperaturas y temperaturas bajo cero. Al ser traslúcido, nos permite ver el contenido. Llevando un mejor control sobre las existencias.
Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha utilizado el vidrio como un medio para conservar los alimentos. En el medio rural se procedía a una técnica que se llamaba el embotellado. Sistema con el cual se lograba alargar, por más tiempo, alimentos y platos que tenían un carácter perecedero. Así, por ejemplo, las mujeres guardaban en frascos de vidrio: pimiento asado, pisto o tomate frito que podían utilizarlos cuando lo necesitaran sin temor a que se estropeara. Estos frascos se hervían al baño maría, generando un cierre al vacío en su interior y una eliminación de bacterias que conservaban los alimentos por mucho más tiempo.
En la producción de bebidas, el ser humano descubrió que el vidrio le servía para alterar el producto, obteniendo resultados más acordes a sus gustos. Someter la cerveza o el vino a una segunda fermentación, esta vez en botella cerrada a presión con un corcho, permitió elaborar cerveza con gas, que es la que tomamos en la actualidad, o transformar el vino en cava.
La maduración del vino y los licores dentro de sus botellas permitía que la bebida acentuara sus características originales y ganara en matices y calidad.
Esta maceración dentro del recipiente de vidrio también lo podemos ver en procesos tan dispares como la elaboración de perfumes o la producción de encurtidos.
Unas características que, desde luego, hacen que nos replanteemos la recuperación del vidrio en detrimento del uso de plásticos que es tan nocivo para el planeta.
Una solución para una amplia variedad de sectores.
Los diseñadores de Serijerez, empresa de serigrafía de vidrio, nos dicen que el serigrafiado de cristal es una técnica apta tanto para grandes empresas como para particulares.
No es raro que las empresas decidan serigrafiar piezas de cristalería para hacer un obsequio a sus empleados o sus clientes, o que un particular decida gravar un adorno de vidrio para conmemorar una fecha señalada, como una boda o un aniversario.
El serigrafiado de vidrio está presente en muchos sectores.
En perfumería, por ejemplo, el envase de los perfumes forma parte del producto. Las empresas de perfumería buscan crear una sensación integral en sus consumidores. Un cliente no compra una colonia solo por su olor. También le atrae el color, el recipiente y el empaquetado.
Chanel, por ejemplo, distribuyó durante mucho tiempo sus fragancias en botellas de cristal cuadrado con tapón de vidrio, que recordaban a una botella de licor de sobremesa. De esa que se exhibe en un mueble bar y solo se consume en las grandes ocasiones.
Jean-Paul Gaultier envasa sus perfumes en frascos que tiene la forma de la silueta de una mujer vestida con un corsé. Un diseño que inspira intimidad y seducción.
Cuando se le imprime tanta intención a un frasco de perfume, no se puede rematar con una etiqueta de papel pegado. Es necesario recurrir al serigrafiado para no arruinar el resultado final.
Un envase del que hemos hablado antes y que vale la pena detenernos un poco más son las botellas de cristal de aceite de oliva virgen de alta calidad. El aceite de oliva español es uno de los mejor valorados en todo el mundo. La mayor parte de la producción se destina a la exportación. Presentar este aceite dentro de un envase de cristal y etiquetarlo con una serigrafía refuerza la imagen de un producto gourmet. De un aceite excepcional. Donde la presentación está a la altura del contenido.
Un detalle que han sabido recoger los productores de licores de calidad extra. Quienes comercializan sus productos más exclusivos en botellas que ya no vienen marcadas con una etiqueta de papel, sino con un diseño y texto serigrafiado en el envase.
El serigrafiado es una solución que imprime elegancia y distinción al envase sobre el que se aplica.