Las navidades han pasado, pero tal y como anuncian muchos telediarios, las rebajas han llegado a las tiendas. Parece que la fiebre consumista no para, y aquí he de decir que desde mi punto de vista, hay que darse cuenta de que es necesario prestar mucha atención a cómo gastamos el dinero, pues podemos caer en una de las famosas espirales de compras compulsivas que dejan nuestras cuentas “a dos velas”.
Más allá de las compras, hay un factor que ayuda mucho a que compremos más de la cuenta, y son las compras online. Esta modalidad de venta se ha configurado ya en nuestra sociedad como un método de compra que ha llegado a superar los métodos de compra tradicionales en los que ir a la tienda es obligatorio.
Y es que la facilidad que conlleva comprar online es espectacular, puedes comparar una y otra vez productos hasta elegirte por uno. Incluso muchas personas comparan productos en una tienda física para luego comprarlos online, ya que uno de los mayores reclamos de las ventas online es sin duda el precio.
Además el eCommerce ha sabido superar las expectativas de los clientes haciendo que los plazos de entrega sean más cortos, y los portes económicos y gratis en compras superiores a una cantidad. Y esto es importante, porque recuerdo que hace años comprar por Internet antes era realmente un juego de azar, ahora es algo tan normal como ir a por un café.
Con todo esto, hay otro aspecto que se ha mejorado mucho, y quizá es el más importante. Hablamos de la seguridad en los pagos, ya que existen diferentes formas de pago seguro como PayPal, pero conlleva hacerse una cuenta y dar tus datos, algo que no todo el mundo está dispuesto a asumir.
Pero con la llegada de los TPV virtuales se ha producido una variación en la manera de pagar, y es que ahora pagar con tarjeta es tan seguro como pagar en una tienda física. En el artículo de hoy vamos a ver en qué consiste un TPV virtual, y cómo se puede conseguir uno, ya que solo se necesita una cuenta bancaria.
En qué consiste un TPV virtual
Un TPV Virtual no es ni más ni menos que la versión online del Terminal de Punto de Venta (el clásico datáfono) que vemos en todas las tiendas físicas donde introducimos nuestra tarjeta de crédito y sobre el que pulsamos nuestro número secreto. Así lo hacíamos, al menos, hasta hace poco tiempo porque con la aparición de la tecnología NFD en muchos casos no hace falta ni siquiera teclear nada, basta con acercar la tarjeta y listo.
Como ocurre cuando una tienda física quiere implantar un TPV, para poder utilizar un TPV Virtual es necesario contratarlo con una entidad bancaria ya que el mismo tiene que ir necesariamente asociado a una cuenta en esa entidad. En general con un TPV Virtual, el usuario puede utilizar cualquier tipo de tarjeta bien VISA o MASTERCARD, aunque no está de más asegurarse con el banco de que esto es así. Aunque también existe otra opción, que es contratarlo con una empresa como TPV Multinet, que dispone de un programa para tiendas físicas y online con Prestashop.
Para tener un TPV debe disponerse de una cuenta bancaria en primer lugar, que es donde se abonarán los pagos que se reciban en el eCommerce. Si ya tienes una y quieres vincularla a esta, no hay problema, si no es imprescindible que abras una nueva. En ambos casos tendrás que hablar con el banco y tener muy claro cuál va a ser el coste del servicio ya que no se trata de un servicio gratuito. Estos costes varían de una entidad a otra, por lo que será interesante que preguntes en varias, además también deberás tener en cuenta tu capacidad de negociación. Los costes generalmente son un importe de apertura (este es uno de los que debes pelear), comisiones por cada uso del TPV Virtual y un coste de mantenimiento mensual.
Como podemos observar un TPV virtual es imprescindible a la hora de montar una tienda online, ya que es uno de los métodos de pago más utilizados por su facilidad de uso (solo se necesita una tarjeta de crédito o débito) y por otro lado es un método de pago seguro que nos ayuda a reducir la morosidad.