Cuando comencé mi empresa, nunca pude llegar a imaginar que uno de mis mayores retos sería lidiar con cuestiones legales. Sí, has leído bien: legales.
Al principio, estaba convencida de que tener un buen producto y ofrecer un servicio excelente sería suficiente para sacar mi negocio adelante. Creía que las leyes y los temas legales eran algo que solo afectaban a las grandes empresas o a quienes cometían errores evidentes. Pero pronto me di cuenta de que, en el mundo empresarial, las cosas no siempre son tan simples.
Recuerdo esos primeros días de incertidumbre, con pilas de papeles y preguntas sin responder. Me enfrentaba a problemas con clientes, malentendidos con Hacienda y un sinfín de detalles que me hacían sentir sobrepasada y totalmente insegura con el paso que acababa de dar. Y lo peor de todo era que no sabía por dónde debía empezar. ¿Te suena de algo? Es una sensación frustrante, y muy, muy común.
Aquí quiero ser sincera contigo: no soy experta en leyes. Como muchas personas, al principio confié en mi intuición y en los consejos bienintencionados de otros conocidos. Pero pronto entendí que no era suficiente con eso. Necesitaba asesoramiento profesional y, sobre todo, una guía clara para manejar todos esos temas que me quitaban el sueño y que no comprendía.
Decidí explorar dos opciones: la asesoría jurídica presencial y la online. Cada una tenía sus ventajas e inconvenientes, y quiero compartir contigo lo que aprendí de esta experiencia.
Espero que mi historia te ayude a tomar la mejor decisión para tu negocio o situación personal.
Los primeros problemas legales
Todo comenzó con un malentendido con un cliente. Fue una situación algo complicada: un servicio que no cumplió del todo sus expectativas, una devolución que se alargó demasiado y, finalmente, la amenaza de acciones legales contra mi empresa. Como si eso no fuera suficiente, unos meses después, recibí una notificación de Hacienda: había cometido un error en mis declaraciones y debía regularizar mi situación.
En ese momento, sentí que el mundo se me venía encima. Y es que, aunque mi empresa no es muy grande, porque solo la llevo yo, las consecuencias de no actuar de forma adecuada podían ser muy graves. Aquí es donde entró en juego mi necesidad de asesoramiento jurídico.
Pero ¿Qué tipo de asesoría necesitaba? Presencial, online… no lo tenía claro.
¿Por qué dudé entre lo presencial y lo online?
Pensé que una oficina física y un abogado con quien hablar cara a cara me transmitiría mucha más confianza que una mera llamada o unos intercambios de correos. Pero también había leído sobre la comodidad y rapidez de las asesorías online.
La duda era real: ¿debía apostar por lo que conocía o arriesgarme con algo nuevo?
Mi experiencia con la asesoría presencial
Primero, probé la vía presencial. Pedí referencias y acabé en el despacho de un abogado especializado en pequeñas empresas. La primera reunión fue agradable, y me explicó en detalle cómo podría ayudarme.
Sin embargo, desde el principio noté ciertos inconvenientes:
- Tiempo: Las reuniones presenciales implicaban desplazamientos, esperas y ajustes en mi agenda. Como dueña de un negocio, ese tiempo perdido era un lujo que no podía permitirme.
- Coste: Los honorarios eran altos. Cada consulta tenía un precio, y los servicios adicionales, como la redacción de documentos, se cobraban aparte.
- Flexibilidad limitada: Si necesitaba resolver algo rápido, tenía que esperar a que el abogado estuviera disponible. Además, su horario de oficina no siempre coincidía con mis momentos libres. Y esto, en urgencias, era un hándicap muy gordo.
Aunque el asesoramiento era de calidad, esta opción no era ideal para mi situación.
Explorando la asesoría jurídica online
Tras esa experiencia, decidí probar la asesoría online. Al principio era escéptica. ¿Cómo podría confiar en alguien al otro lado de una pantalla? Pero, a medida que investigaba, me di cuenta de que las plataformas online habían evolucionado mucho y ofrecían servicios muy completos.
El primer paso fue elegir una plataforma. Hay muchas opciones, desde despachos tradicionales que también trabajan online hasta empresas especializadas en servicios jurídicos digitales.
Tras revisar opiniones y comparar precios, contraté una asesoría online que se ajustaba por completo a mis necesidades.
Ventajas de la asesoría online
La experiencia fue sorprendentemente positiva, y aquí te cuento por qué:
- Podía hacer consultas desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto fue especialmente útil para resolver dudas urgentes o revisar documentos fuera del horario habitual.
- Los precios eran mucho más competitivos. En lugar de pagar por cada consulta, tenía la opción de una tarifa plana mensual que incluía varios servicios, como revisión de contratos y gestión de reclamaciones.
- Las respuestas eran casi inmediatas. Como se trataba de un equipo de abogados, siempre había alguien disponible para atenderme.
- Todos los informes, contratos y comunicaciones estaban centralizados en una plataforma. Esto no solo era cómodo, sino que también me ayudó a mantener un registro ordenado.
- Muchas plataformas online cuentan con expertos en distintas áreas, lo que me permitió acceder a abogados especializados según el tema que necesitara resolver.
¿Y las desventajas?
Por supuesto, no todo es perfecto. Algunas de las desventajas que encontré fueron:
- la mayoría de las comunicaciones fueron claras y efectivas, a veces echaba de menos una reunión cara a cara para discutir temas más complejos.
- Dependía totalmente de tener una buena conexión a internet, algo que puede ser un problema si estás en una zona con mala cobertura.
Consejos de una asesoría jurídica online
En este punto, quiero destacar algunos valiosos consejos que me compartió Gestión Integral Toledano, una de las asesorías online que contacté durante mi búsqueda. Estos consejos me ayudaron a optimizar mi experiencia y podrían serte útiles también:
- Antes de contactar con la asesoría, asegúrate de tener todos los documentos relevantes bien organizados. Esto agilizará las consultas y facilitará el trabajo del abogado.
- Para obtener respuestas precisas, es importante que plantees tus dudas de manera clara y concisa. Evita dar rodeos innecesarios.
- Aprovecha las plataformas de gestión documental que ofrecen muchas asesorías online. Son ideales para centralizar toda la información legal y fiscal de tu negocio.
- Aunque no tengas problemas urgentes, programa consultas periódicas para mantenerte al día en cuestiones legales y evitar posibles inconvenientes futuros.
- No intentes resolver todo por tu cuenta. Delegar en profesionales te ahorrará tiempo, dinero y, sobre todo, preocupaciones.
Es hora de comparar ambas opciones
Tras probar ambas modalidades, hice un análisis objetivo, y esto es lo que saqué en claro:
- La asesoría online es significativamente más económica. Para una pequeña empresa, esto es importante y necesario.
- La opción online permite ahorrar horas en desplazamientos y esperas, algo invaluable para quienes tienen agendas apretadas.
- Las plataformas online suelen estar disponibles las 24 horas, mientras que los despachos presenciales tienen horarios más limitados.
- Aunque la presencial ofrece un trato más humano, la online compensa con atención rápida y eficiente.
Recursos útiles en la asesoría online
Otra ventaja de las plataformas online es que suelen ofrecer recursos adicionales:
- Plantillas jurídicas: Desde contratos hasta cartas de reclamación, estas herramientas ahorran tiempo y dinero.
- Actualizaciones legales: Algunas plataformas envían boletines con cambios en la legislación que podrían afectarte.
- Soporte continuado: Muchas incluyen servicios de contabilidad o gestión fiscal, lo que es ideal para pequeños negocios.
Claves para elegir la mejor asesoría jurídica online
Si estás considerando optar por una asesoría online, aquí te dejo algunas claves que me ayudaron a tomar una decisión informada:
- Busca comentarios de otros clientes en internet o pídeles recomendaciones a personas de confianza. Esto te dará una idea de la calidad del servicio.
- No todas las plataformas ofrecen los mismos servicios, así que asegúrate de que lo que elijas se adapte a tus necesidades específicas.
- Una buena asesoría online debe contar con una plataforma intuitiva y fácil de usar. Esto te ahorrará frustraciones a largo plazo.
- Si tienes un problema específico, como gestión fiscal o litigios laborales, busca una asesoría que cuente con expertos en ese campo.
- Muchas plataformas ofrecen pruebas gratuitas o consultas iniciales sin compromiso. Aprovecha estas oportunidades para evaluar si cumplen con tus expectativas.
¿Qué pude sacar en claro de todo esto que te he contado?
Tras mi experiencia, puedo decir que la asesoría jurídica online es la mejor opción para mí y para muchos pequeños empresarios. Es práctica, accesible y, sobre todo, eficiente. Sin embargo, entiendo que puede no ser adecuada para todos. Si necesitas un trato muy personalizado o prefieres hablar cara a cara, quizás la opción presencial sea más adecuada.
Lo importante es analizar tus necesidades y priorizar. Si, como yo, buscas ahorrar tiempo y dinero sin sacrificar la calidad, te animo a que pruebes la asesoría online.
Puede que al principio te cueste adaptarte, pero creo que te sorprenderá.
Un consejo final
Sea cual sea la opción que elijas, no dejes los temas legales para el último momento. Tener un asesor jurídico puede marcar la diferencia entre solucionar un problema rápidamente o enfrentarte a consecuencias graves.
Espero que mi experiencia te sea útil y te ayude a tomar la mejor decisión. ¡Mucha suerte!